Precursores de la Ciencia Folklórica

Volver

Nos narra muy claramente el maestro Juan Alfonso Carrizo en su Historia del Folklore Argentino que se comienza a citar el Folklore a fines del siglo XIX y se lo cultiva como disciplina científica a comienzos del XX.

Fue Samuel Lafone Quevedo en sus cartas a La Nación de 1883 a 1885, resumidas en su trabajo Londres y Catamarca (1888) quien habló por primera vez del sentido folklórico de sus publicaciones: "Todo ello - lo escrito sobre el mito del Chiqui - se relaciona con usos y costumbres, Folk-Lore y tradiciones que van desapareciendo..." (Samuel Lafone Quevedo, Londres y Catamarca, pág XII)

Hacia 1917 con su trabajo Supersticiones y Leyendas Juan Bautista Ambrosetti da su iniciación folklórica: "A pedido del Director de la Revista Filosofía hago un paréntesis a otras tareas actuales, reanudando los trabajos folklóricos que comencé a publicar en 1893 en la ya muy rara Revista del Jardín Zoológico de Buenos Aires, fundada por el Dr. Eduardo Holmberg. Este material de primera mano recogido en mi viaje hace veinticinco años ha permanecido inédito".

Posterior a ellos fue el Dr. Adán Quiroga (1863-1904), quien en 1897 comenzó a publicar Folklore Calchaquí, que al decir de Juan A.Carrizo: es "obra básica e insustituible para conocer las pervivencias nativas y supersticiones de las poblaciones del valle que se dilata desde Santa María (Catamarca) hasta Tolombón (Salta)...". El Dr. Quiroga comenzó sus estudios folklóricos antes de que fuera una ciencia y su trabajo fue una inspiración para investigadores ulteriores.

También figuran entre otros, los trabajos de Eric Boman, arqueólogo y etnógrafo sueco que siguió al Dr. Quiroga en su afición por la investigación folklórica.

Aparte de los ya citados, mencionaremos a quienes propiciaron el método de encuesta para la búsqueda folklórica. Así, Paul Groussac, en su conferencia sobre el gaucho del 14 de Julio de 1893 escribe el Popular customs and beliefs of the Argentine Provinces- Chicago, y que luego fuera publicado como el Viaje intelectual en Madrid en 1904, dice: "Creo que es necesario y urgente, antes que la rápida evolución del país acabe de borrar nuestras huellas originales, reunir en colección todos los elementos genuinamente argentinos de la antigua vida campestre, que se tornará muy pronto legendaria: hábitos, estilo, poesía, música, algunos de un sabor incomparable. Creo que nuestro folklore se contará entre los más interesantes de su género y representará un precioso trasunto del alma argentina".

Luego, Groussac daba las normas de la investigación folklórica. Da la idea de constituir una comisión central en Buenos Aires y otras locales en las provincias y apela a gente de buena voluntad que haya tenido contacto con la vida campestre para realizar las encuestas.

Al decir de Juan Alfonso Carrizo, aparte de la buena voluntad hay que tener ciencia, sino el trabajo carecería de credibilidad y seriedad.

Luego de tirada la idea por Groussac, el Dr. Juan P. Ramos, vocal del Honorable Consejo Nacional de Educación en sesión del 16 de marzo de 1921, presentó el plan de encuesta folklórica a realizarse entre los maestros de provincias y territorios nacionales; decía el Dr. Ramos en los considerandos del proyecto: "Creo innecesario encarecer la importancia de esta compilación que aspira - hecha por primera vez en forma tan vasta - a desenterrar en el presente algunos de los recuerdos o tradiciones que nos ha dejado el pasado de nuestra nacionalidad". Luego de aprobado el proyecto, miembros del jurado que debía entender los premios, confeccionaron el folleto que llevó por título: Folklore Argentino, Proyecto del Dr. Juan P. Ramos - Resolución del H. Consejo - Instrucción a los maestros preparado por los miembros del jurado Dr. Juan P. Ramos y Pablo A. Córdoba. Buenos Aires, 1921.

Hacia 1927, el Dr. Ernesto Padilla, Mecenas del Folklore Argentino, por ese entonces Diputado Nacional, avaló las investigaciones del Maestro y Preceptor don Juan Alfonso Carrizo, quien comenzó su recopilación hacia 1912. De esta forma nacieron los Cancioneros de Catamarca, Salta, Jujuy, Tucumán y La Rioja. Por otro lado el Museo de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" con sus directores Martín Doello Jurado y Félix Outes, propiciaban las investigaciones del maestro Carlos Vega, con su discípula Isabel Aretz, cuyas obras publicó la Universidad Nacional de Tucumán a instancias del ya mencionado Dr. Padilla.

Por otro lado, con el trabajo de la comisión del Dr. Ramos aparecieron los catálogos de Salta, Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero, Catamarca, San Juan, Mendoza, San Luis y más tarde las de las provincias más densamente pobladas. Del Instituto de Literatura Argentina (que no quiso hacer nada con la cantidad de información que tenía), pasó al de Antropología y de éste, al Instituto Nacional de la Tradición donde se comienzan a estudiar los catálogos. Luego la comisión formada por:

Presidente: Inspector de música don Athos Palma
Asesores: Elías Martínez Buteler y Enrique Banchs
Encargado de la Sección Música, Canción y Danza: Josué Teófilo Wilkes
Encargada de la Sección Habla Regional, Narraciones Populares, Creencias y Supersticiones: Berta Elena Vidal de Battini
Encargado de la Sección Adivinanzas, Refranes y Juegos Infantiles y Director de la Biblioteca de Folklore: Dr. Ismael Moya
Encargado de la Sección Poesía Popular: Juan Alfonso Carrizo
Colaboradores: María Elena Sierra, Amanda Morales Ponce, Luis Gerónimo Lucero Riera y Domingo Herrera.

se encargó de comenzar las publicaciones pertinentes para dar a conocer nuestro acervo folklórico.


Volver