Ernesto Padilla

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Cuando muere uno de estos grandes señores se empobrece la patria de una riqueza que no temíamos perder nunca...
Uno de estos "grandes señores", porque eso era especialmente el doctor Padilla: un gran señor, espléndidamente rico de esa rara cualidad que va desapareciendo, como muchas buenas cosas de antaño: el señorio....
¡Qué gran señor era el doctor Padilla! Su inimitable sencillez, su prestancia sin apresto, su equilibrio, su clarovidencia, hasta su ingenio fácil y sin espinas, le conferían una indiscutible superioridad.

Prólogo de Gustavo Martínez Zuviría para Ernesto E. Padilla, su vida, su obra, de Guillermo Furlong s.j.

Con estas líneas (intentaremos incrementar esta biografía. El padre Guillermo Furlong s.j. le dedica una extensa y completa obra) queremos rendir un homenaje al Dr. Ernesto Padilla, MECENAS DEL FOLKLORE ARGENTINO, quien en forma filantrópica, y en una época en que mirar a "las Europas" era un paradigma, puso su tiempo y capital para apoyar y difundir nuestro acervo cultural. Sin su participación (colaborado por el Dr. Rougés) Andrés Chazarreta, Manuel Gómez Carrillo, Carlos Vega, Isabel Aretz o Juan Alfonso Carrizo nunca podrían haber llevado a cabo sus titánicas recopilaciones, ni divulgar el cancionero, la poesía y la danza autóctona.

Ernesto Padilla nació en Tucumán, el 5 de enero de 1873. Fue abogado, escritor y político. Se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires con las más altas distinciones; fue legislador provincial en 1900 y legislador nacional entre 1902 y 1906. Su discurso parlamentario, oponiéndose a la propuesta ley de divorcio, ha sido publicado varias veces por la Iglesia Católica.

Reelegido parlamentario en 1911, fue gobernador de Tucumán en 1913; auspició la fundación de la Universidad de Tucumán (obra de Juan B. Terán), volvió al Congreso entre 1918 y 1928: mientras trabajaba en el Parlamento intentó obtener fondos para construir el ferrocarril a Chile. Luego de la revolución de 1930, fue ministro de Educación e Instrucción Pública del presidente Uriburu, renunció en 1931. Se interesó por el Folklore, como manifestación cultural y como ciencia, así, escribió varias monografías y libros sobre el tema, tales: Cancionero popular I y II; La condición, Huaytiquina; otros libros versan sobre historia y religión: Apuntes sobre geografía histórica de Tucumán; San Francisco Solano en la Argentina; La vida y obra pictórica de Ignacio Baz y la iconografía tucumana. Murió un 23 de agosto de 1951 en Buenos Aires.

Nos narra el padre Guillermo Furlong en su completa biografía sobre este ilustre tucumano, que el Dr. Padilla era un acérrimo provinciano y Oscar Rebaudi Basavilbaso dice también que era profundamente nacionalista, en el verdadero concepto del vocablo; sin odios, sin violencias, sin exclusivismos absurdos, sin pedirle a teorías foráneas ropajes extraños para revestir su sano y fuerte concepto de nacionalidad. El mismo Padilla escribía a Ramón Cárcano diciéndole Tengo el defecto de ser muy tucumano y comentaba a Marcos Rougés, luego de 25 años fuera de la provincia: no me resigno a sentirme ausente de Tucumán, por más que hagamos, nunca haremos por Tucumán todo lo que debemos.

Ernesto Padilla entre otras cosas puso capital y tiempo para resguardar el patrimonio histórico de la Quebrada de Humahuaca. En su tarea de representación legislativa puso su acción tesonera y eficaz a beneficio del recientemente declarado Patrimonio de la Humanidad. Otra de las tareas de Padilla fue la de promover la creación de imprentas y publicaciones provincianas, en un tiempo en que este tipo de trabajos se hacía solamente en Buenos Aires.

También fue parte de sus anhelos el que se revalorizara el recuerdo del recientemente fallecido Adán Quiroga, diciendo en alguna oportunidad: porque no se ha hecho revivir en Catamarca, siquiera sea en una fugaz fosforescencia, el canto lírico de Quiroga al ejército de los Andes, cuando se han puesto en juego los magines, para no dejar sin referir todo cuanto se ha hecho por exaltar el recuerdo del Libertador?. No se me aleja la impresión de que el nombre de Quiroga no sea ya recordado como merece... En Catamarca también puso gran empeño por propiciar las tareas del agro y conseguir fuentes laborales.

En Tucumán, tuvo activa participación en la inauguración del Tempo de la Merced, junto con el gran capital del filántropo Alfredo Guzmán.

Ernesto Padilla siempre fue un defensor del federalismo, y se lamentaba constantemente del centralismo porteño... en sus tareas políticas siempre apoyó a las provincias del centro y norte argentino, considerando que eran las más auténticas en sus valores puramente argentinos; no así con las del Litoral, con fuerte tendencia extranjera y desgraciadamente poco conocía a las de Cuyo.

Guillermo Furlong comenta extensamente la relación del Dr. Padilla con el Folklore. Así, participó en cuanta organización o publicación se hacía en este campo. Colaboró para que el Folklore sea una ciencia, tarea que luego llevaría a cabo Augusto Raúl Cortázar, se preocupó por recuperar, en base a un exhaustivo trabajo, el nombre de los ríos de Tucumán, haciendo una completa labor con la  toponimia tucumana.

Apoyó espiritual y materialmente los emprendimientos de Juan Alfonso Carrizo y Orestes Di Lullo (cancioneros), Andres Chazarreta y Manuel Gómez Carrillo (danzas y cancionero), Carlos Vega e Isabel Aretz (música y danzas folklóricas). Ayudó a la recuperación de viejas tradiciones y puso su capital para evitar la pérdida del patrimonio histórico: evitó la destrucción de la casa del Obispo Colombres, colaboró con la recuperación de los menhires de Tafí del Valle, incentivó cuanto congreso de folklore se realizaba, observó de cerca cada institución folklórica se creaba, siendo celoso guardián de su desarrollo.

Hasta dio apoyo a Elvira Salvatierra, su mujer, para recuperar en su publicación: "La Mesa del Hogar. Recetas de Elvira" centenares de recetas de cocina, algunas de ellas centenarias en un completo trabajo de recupero.

Considero a Ud. no sólo uno de nuestro prohombres, sino un verdadero propulsor del estudio del folklore en nuestro país, dijo Tobías Rosenberg.

Puso gran empeño en la recuperación de las danzas criollas, impulsó el estudio del folklore en el secundario... defendió el folklore con furia frente a músicas foráneas que invadían nuestros medios de difusión. Y sufrió profundamente ante la indiferencia política por recuperar nuestro acervo cultural.

Y no tan sólo en el campo folklórico su apoyo a la cultura fue denodado... Gracias a Ernesto Padilla, llegaron a nuestro norte artistas de la talla de Barrientos, Tita Ruffo o Caruso (Rigoletto y Lucía de Lamemoor), trajo a actores como el noble Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero. Se interesó en la creación de coros, impulsó el estudio de la música clásica... Aunque físicamente nos dejara hace más de 50 años, la llama de su vida sigue y seguirá iluminando el sendero de la defensa de nuestras tradiciones.

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