Bombo:

Este instrumento, quizá el más representativo dentro de la música de raíz folklórica del Norte Argentino, que actualmente está siendo injustamente desplazado, puede pertenecer a tres variedades, según el estudioso necochence Rubén Pérez Bugallo: Orquesta, Procesión o Banda.
A nosotros nos compete el primero (de Orquesta), pero podemos decir que el de procesión se usa sin aro y es más chato que el anterior, y el de Banda es parecido al utilizado en bandas militares cuya altura es menor al diámetro, su fabricación es industrial, se ejecuta con un maso.

Bombo propiamente dicho

Origen
Algunos le dan un origen prehistórico, pero no como instrumento musical, sino ceremonial. En otros casos lo emparentan directamente con las “cajas de guerra” o los “atambor” que trajeron las fuerzas españolas. También existe la teoría de que el bombo podría haber sido utilizado como instrumento de alarma o aviso.

Fabricación
Es el que se utiliza en los conjuntos de música de raíz folklórica. Mide aproximadamente 60 cm. de altura por 45 cm. de diámetro. La madera puede ser de ceibo, palo borracho, caspi zapallo o lecherón. Por lo general la limpieza externa del tronco es con hacha y la interna con gubia y masa. Para el secado se utiliza un soporte interno. Los aros de los extremos son varas de quebracho blanco, tala o lanza.
En los extremos del bombo y por debajo de los aros se sitúan los parches que pueden ser de cabra y de oveja, y van sujetos por correajes de suela o de cuero crudo torcido.


Ver pasos de la fabricación

Implementación
Suele ejecutarse golpeando el parche, pero parece que fue don Andrés Chazarreta y su Orquesta Nativa quienes divulgaron la alternancia con el aro.
Pero sin duda quien lo puso en auge fue el conjunto salteño Los Chalchaleros, quienes extendieron el sistema tres guitarras y bombo para las agrupaciones de música folklórica.

Legüero
El nombre legüero, término difundido por Los Hermanos Abalos, hace referencia a que cuando un bombo es muy bueno se oye “a leguas del lugar”. Aunque prácticamente esta circunstancia es muy poco probable, no hay buen bombisto que no tenga un legüero para acompañar el canto o un buen zapateo.

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