Para el que ha vivido a caballo -es un decir- entre dos continentes, no puede menos que llamarle la atención el contraste entre la dureza de la pronunciación peninsular (las consonantes jota o zeta, por ejemplo) y la suavidad fonética del habla americana. Por no hablar del uso constante de los diminutivos. 
En América, se forman diminutivos no sólo de los sustantivos y adjetivos, sino hasta de los adverbios. Incluso existen diminutivos de diminutivos: "ahoritita vengo".  Y esto no es algo solamente retórico, sino que está muy arraigado en la manera de ser americano, notándose especialmente en los nombres o apelativos. O, ¿acaso no es diferente llamar a una persona Telesfora o Telesita? 
Pero hablemos ya de esta historia casi centenaria rescatada del olvido por el bueno de Don Andrés Chazarreta. Telesfora Castillo era una muchachita mentalmente retrasada, que practicaba la mendicidad en la región santiagueña del Salado y que según se cuenta murió abrasada, cuando intentaba calentarse junto al fogón. Versión inolvidable la que realizaron Los Fronterizos en su época dorada de este tierno tema.

LA TELESITA - Chacarera

Letra: Agustín Carabajal  
Música: Andrés Chazarreta  
 
Telesita, la manga mota,                    
tus ropitas está rotas;                        
por la costa del Salado,                     
tus pasos van extraviados.                   
 
No preguntes por tu amor,  
porque nunca lo hallarás;     
un consuelo a tu dolor,                   
en el baile buscarás.                       
 
Por esos campos de Dios,                    
te lleva tu corazón,                              
sin saber que tu danzar                       
es tan sólo una ilusión.                        
Con un bombo soñador                        
y un violín sentimental                          
y un cieguito al encordao,                   
el baile va a comenzar.                       
 
            Y así te verán bailando,
            loca en cada amanecer,
            como metida en la danza,
            muy adentro de tu ser.
 
¡Ay, Telesfora Castillo
tus ojos no tienen brillo!
Van perdidos por el monte,
o buscando el horizonte.
 
Ese baile del querer,
con su música llamó
y desnuda bajo el sol,
la Telesita llegó.
 
Tu esperanza se perdió
dele bailar y bailar.
Lleva tu pecho un dolor,
pero no sabe llorar.
 
Pobre niña, que un fogón.
tu cuerpito calcinó
y en la noche de los tiempos,
todo el pueblo te lloró.
 
           Y así te verán bailando,
           loca en cada amanecer,
           como metida en la danza,
           muy adentro de tu ser.

moto: (quechua) mutilado, amputado

Salado: río norteño que atraviesa Salta, Santiago, Tucumán y Santa Fé y desemboca en el 
Paraná

encordao: violín

dele: (arg) del

fogón: (arg) hoguera o fuego que se encendía por las noches y en torno al cual se reunía la gente