Comentario de Cucho Marquez:

Juan Carlos Saravia ha cumplido ya 51 años como miembro de  LOS CHALCHALEROS  desde su creación en 1948. Su hijo Facundo se incorporó al grupo en 1980, tras la trágica muerte de Ernesto Cabeza. Padre e hijo compusieron hace poco tiempo este bello tema, que auna el optimismo del mensaje de Saravia padre, con el acierto musical de Saravia hijo.  
Es verdad que es un tema didáctico y quizás demasiado utópico; pero no es ningún sermón ni mucho menos un alegato pro golpista, como ha dicho algún insensato. 
Es ésta una zamba compuesta en los años ochenta, tras el desgarro sufrido en la sociedad argentina por la última dictadura militar. En esos años se pasó del desorden de Isabelita Perón a la injusticia de Videla y el resultado fue una fractura social y una división muy grandes. Frente a ello, los Saravia nos dan una receta que recuerda al gran José Hernández -es tiempo de unión y de juntar sueños- y que también parece tener alientos calderonianos: "que el vivir sólo es soñar/ y la experiencia  e enseña/ que el hombre que vive, sueña/ lo que es, hasta despertar."



JUNTANDO SUEÑOS - Zamba 
                          
Letra: Juan Carlos Saravia  
Música: Facundo Saravia
 
Quisiera que mi Patria cambiase su semblante,
ofreciendo a sus hijos dichoso porvenir:
que juntos realicemos este cambio muy pronto,
para que reine en ella la paz y la ilusión.
 
Por eso es que a mi Patria comparo con mi casa:
la casa que es de todos, su sueño, nada más.
Quisiera que este sueño durara mucho tiempo,
para que sin rencores podamos descansar.
 
      Nuestra madre, la Tierra, nos pide un gran esfuerzo:
      fundamos, en su entraña, la reja del amor.
      Juntemos nuestros sueños; juntemos nuestras manos,
      para que nuestra siembra dé frutos de humildad.
 
Mi casa es donde vivo: es donde yo trabajo.
Haciendo sacrificios recibo dignidad.
Ningun hermano piensa ganarle a su otro hermano
y provocar envidias que traigan desunión.
 
Hernández ya decía que estando desunidos:
nuestra casa peligra, peligra la nación.
Estoy hay que macharlo para que se haga carne;
que sepan nuestros hijos su historia y tradición.
 

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