COMO UNA FLOR
POESÍA DE LUIS REINALDI

SOBRE EL GERANIO DORMIDO
QUE RETOCAN LOS PIRPINTOS,
SE ME TIENDEN LOS RECUERDOS
CON SU PERFUME DE ABRIGO.

Y ME ARQUEAN LAS ESPALDAS
SAUCES LLORONES DORMIDOS
A UN COSTADO DE LA ACEQUIA
DONDE MI INFANCIA SE HA IDO.

CAMINITOS ARCILLOSOS
DE SANGRE TEÑIDO EL RÍO
Y LA PEÑA COLORADA
QUE LO ACUNA COMO A UN NIÑO.

LO SOSTIENE ENTRE SUS BRAZOS,
LO DERRAMA EN TORBELLINOS
Y EMERGEN DE SUS REMANSOS
LAS COPLAS DE UN ÁNGEL INDIO.

ELEGÍA DE MIL AÑOS,
ESPEJOS DE LOS OLVIDOS,
PRIMAVERAS INCENDIADAS
AL CERRO TIENDEN SU BRILLO.

EN LA FLOR DE LOS LAPACHOS,
ES UN VERSO EL CIELO MISMO
SALPICANDO LAS PUPILAS
AL CÓNDOR EN EL ABISMO.

Y ALLÁ EN LAS ABRAS JUJEÑAS
TRAS UN SUSURRO DE AIRAMPOS
LATE EL PENOSO ALARIDO
DE LAS SILUETAS AGRESTES.

UN MILAGRO ALZA LA VIDA,
DISPARA SU ESTRELLA EL CIELO,
LA VOZ DEL QUENACHO LLORA
GEMIDOS DE VIENTO ARISCO.

EN LOS OJOS DE LOS COLLAS
DE PIEL CURTIDA DE MALES
SE VUELVE CHICHA LA NOCHE
COMO LA VIDA UNA TARDE.

RUEDAN MISTERIOS DE PUNA,
LA PIEL DEL SOL SECA EL HAMBRE
Y UNA GUAGÜITA SE DUERME
COMO UNA FLOR… SIN QUEJARSE.

Volver al Indice