Eduardo Sívori

(EN CONSTRUCCIÓN)

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Venerado como maestro de toda una generación de pintores argentinos, Eduardo Sívori nació en Buenos Aires en 1847.  Se dedicó al comercio hasta la edad de 37 años, pero en el curso de un viaje de negocios que realizó a Europa en 1868 se entusiasmó por la pintura.  En la Argentina fue discípulo de Aguyari, Charton y el italiano Francisco Romero, uno de los primeros profesores de Estímulo de Bellas Artes, asociación de la cual Sívori fue cofundador.  Volvió a Europa en 1882 y frecuentó en París la academia Colarossi, donde tuvo como profesores a Colin y Jean-Paul Laurens.  Expuso en los Salones franceses, frecuentó a Puvis de Chavannes y regresó, perfectamente formado, a Buenos Aires en 1890.  Había pintado en Francia una poderosa obra realista Le lever de la bonne ("El despertar de la criada"), que expuso en París en 1887 pero no pudo mostrar públicamente en Buenos Aires porque en la época se consideró demasiado audaz. Ya en la Argentina, donde inauguró la práctica del grabado al aguafuerte, se inspiró en motivos criollos y en el paisaje argentino, evolucionando lentamente hacia una pintura clara y luminosa, deducida de la lección del impresionismo.  Sívori falleció en Buenos Aires en 1918.  Lo recuerda, en el Rosedal de Palermo, un busto erigido a su memoria en 1921, obra del escultor Arturo Dresco.

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