Bazán Frias

Volver

El Gaucho Andrés Bazán Frías azoló la provincia de Tucumán a principios del siglo XX  Tumba de Bazán Fríasy fue largamente perseguido por la policía local.

Narran los memoriosos que cierta vez se encontraba tomando Frías con un grupo de compinches en una pulpería que quedaba en avenida Colón y Mate de Luna de la Capital tucumana, cuando lo sorprende la volanta y huye hacia el sector del parque Avellaneda (a 100 metros) y cuando llega a la pared del cementerio del Oeste (cementerio de gente acomodada en esa época), trepa a la tapia y según testigos se frena unos instantes en la parte superior de la pared (dicen los testigos que se le aparecieron las almas de sus víctimas) lo que da tiempo a que la policía le acertara un disparo en el cuello, cayendo muerto del lado de adentro del cementerio.

El se había fugado de la prisión en septiembre de 1922 y el 13 de enero del año siguiente encontró la muerte, a los 28 años. Para algunos fue un vulgar ladrón, pero para otros era un héroe que robaba a los ricos para entregarlo a los pobres. Aunque el lugar de devoción es el cementerio del Oeste (donde murió), su tumba se encuentra en el del Norte (cementerio de las clases populares a principios de siglo).

Volver