El Pato

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"Este juego, por su reciedumbre y velocidad, exige a los que lo practican, un alto grado de cultura deportiva y el cumplimiento estricto de sus reglas."
"Sólo así será un placer; pero dejará de serlo si se cometen continuas faltas o discusiones que desvirtúen la cordialidad propia de jinetes, que es la que debe reinar entre los jugadores..." -

Así rezan las consideraciones generales del:
 
Reglamento Oficial del Pato ACTUALIZADO.
Puede ver también:
 
Reglamento anterior del Pato(ZIP) (201k) (Incluye cancha de pato en formato GIF).
 
Reglamento anterior del Pato(HTM) (161k).

Origen

Ni los españoles introdujeron este bravío deporte, ni lo hallaron practicado entre los indígenas. Lo primero es evidente, pues era un deporte desconocido entonces, y aun ahora, en España, y no pudo provenir de los naturales, pues éstos no conocieron el caballo, el que fue importado por los españoles en la primera mitad del siglo XVI. Parecería que se trata de un juego criollo, elaborado y planeado por los conquistadores mismos, o por sus inmediatos descendientes.

Requiere ciertamente varones fuertes y vigoroso, capaces de tolerar los más terribles empujones y las más extremosas tensiones musculares. Bien lo indicó Mitre en una de sus Rimas:

¡El pato! juego fuerte
del hombre de la pampa
que marca las costumbres
de un pueblo varonil!
Para avispar los nervios
para tender los músculos
como el convulso joven
en el dolor febril.

El jesuita Diego de Torres escribía el 16 de junio de 1610 que, en todas las ciudades del Río de la Plata, se había celebrado con actos religiosos, sociales, deportivos y culturales la beatificación del fundador de la Compañía de Jesús, y que en Buenos Aires, "hizo su oficio la artillería y mosquetería, y salieron algunos con intenciones de regocijo a correr patos delante de nuestra iglesia".

Relato de José de Espinoza

Refiriéndose este escritor a los guasos u hombres del campo, nos informa que para jugar una partida de pato "se junta una cuadrilla de estos guasos, que todos son jinetes más allá de lo creíble; uno de ellos lleva un cuero con argollas, y el brazo levantado; parte como un rayo llevando 150 varas de ventaja, y a una seña, él y todos corren a mata-caballo, formando grita como los moros: todos persiguen al pato y pugnan por quitarle la presa; son diestrísimas las evoluciones que éste hace para que no lo logren, ya siguiendo una carrera recta, ya volviendo a la izquierda, ya rompiendo por medio de los que siguen, hasta que alguno, o más diestro o más feliz, lo despoja del pato, para lo que no es permitido que lo tomen del brazo. En este momento todos vitorean y le llevan entre los aplausos, alaridos y zamba al rancho suyo, al que frecuenta, o bien al de la dama que pretende. Reinan todavía entre estas gentes muchos restos de la antigua gallardía española".

Nuevamente en 1937

Roberto Torreiro ha escrito en Pampa Argentina que, "cuando en pleno siglo veinte ya nadie se acordaba de la antigua existencia del juego del pato, el 16 de abril de 1937, por iniciativa del entonces jefe de guardia de seguridad de la ciudad de La Plata, don Alberto del Castillo Pose, secundado en su acción por un calificado grupo de deportistas, se llevaba a cabo una exhibición del referido deporte, c cuyo término y debido al entusiasmo despertado entre los presentes, se decidió auspiciar la difusión práctica del pato, propendiendo a la formación de equipos dentro de las entidades afines a los deportes hípicos, e incitando a la constitución de instituciones que originariamente se dediquen a la práctica del deporte. Ese paso inicial, se constituía en el primer éxito logrado por el más criollo de nuestro juegos". Luego, en 1941 se constituye la Federación del Pato.

El juego consiste en que 2 equipos de 4 jugadores cada uno deben introducir una pelota (como las de fútbol) blanca, envuelta en cuero y con seis manijas, dentro de un arco de 2,70 metros de alto con una red de 1 metro de circunferencia en la punta.
La cancha del pato debe tener un largo máximo de 220 metros y mínimo de 180, por un ancho de 90(máximo) u 80(mínimo). Los caballos pueden ser de cualquier alzada.

 

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