SEÑORA DE LIMA
Vals
Letra y Música de
Julia Elena Dávalos

A Isabel Granda y Larco,
Chabuca Granda.
La autora


Por una tardecita limeña, qué no diera,
por una tardecita de sol, en Miraflores
qué no diera por ver de nuevo
en las esquinas de lima
sus fruteros morenos,
cargados de sabores.

Por una tardecita limeña, con Chabuca
que perfuma y adorna el Perú con su canción
y llena de donaire, de gracia y de lisura,
va soltando palomas al aire con su voz

Por que vibra en mi sangre, Perú,
aquel abuelo arequipeño,
por que mi amor despierta Perú, tu tradición,
porque vibra mi sangre al oír tus marineras,
y me estremece el alma  el ritmo del  cajón

Porque vibra en mi sangre Perú
aquel abuelo arequipeño
por que mi amor despierta Perú, tu tradición,
por que vibra mi sangre al oír tus marineras,
y me estremece el alma
el ritmo del cajón.

La lima de Chabuca, de Caitro, y de Pititi,
la del Zambo Cavero, la de Oscar Avilés,
esa lima gallera, de toros y de amigos,
 que prendidos al alma
por siempre llevaré.
La lima de Chabuca, la lima de poetas
a la que Nicomedes con negra voz cantó.
Esa Lima que amamos no se morirá nunca,
porque donde haya un criollo,
tendrá su devoción.


Caitro: Carlos Soto de la Colina, músico y muy amigo de Chabuca. Tocaba el cajón
Pititi:  Eusebio Bernando Sirio Castillo, excelente percusionista
Zambo Cavero: Arturo Cavero, gran cantor criollo limeño
Oscar Avilés: uno de los más grandes guitarristas peruanos. Marcó “un antes y un después” en la guitarra criolla peruana.

Hice esta canción de regalo para Chabuca, y sé que la hice feliz ... Tonito y Marinieves, a ustedes debo esta amistad con la mamacha serrana, rubia como el oro del Perú, de ojos azules y bellos. Doña inmensa, grande y afectuosa.
Aún lloro por ella... como lloro mi tata y mi madre…
Veo temblar las estrellas, muchas veces, en el espacio inmenso, recibo el contacto del cosmos en mí... Y pienso: allí están... mirándonos... los que san grede sangre, vivieron con partículas de constelaciones, con células de estrellas... con vino del espíritu, esta vida terrena, aspirando a lo volátil, lo incorpóreo, lo sublime... sin olvido, sin tiempo.... sin muerte…
Julia Elena Dávalos


Tonito Rodríguez Villar.

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