Incógnita

Me preguntarás un día
qué es de mi vida,
qué es de mi ilusión;
me pedirás que sonría,
que haya alegría en mi corazón;
no sabré cómo explicarte
que no he podido olvidarte,
mientras que vos estés
gozando ya otro amor,
mi alma se está muriendo
de ansiedades.

Tuviste suerte que cuando al verme
no te di la espalda y me fui,
no es ofenderte sino que, al verte,
los recuerdos me hacen sufrir.
En mi camino este destino,
tal vez, traiga a mi otro amor;
mientras tanto yo estoy solo
y vos, con él, ya no ves mi dolor.

Estribillo.

Volver al Indice