Comentario de Cucho Marquez:

Esta es otra de las más de mil doscientas composiciones de Atahualpa Yupanqui, quien escribió también ocho libros, entre los que cabe destacar EL PAYADOR PERSEGUIDO y EL CANTO DEL VIENTO. 
Hubo veces en las que escribió sobre su vida y obra y decía cosas como éstas:
"¿Cuándo sale poesía; eso no lo puede saber uno. Intento buscarla en los temas más sencillos, ya sean de adentro o de afuera, estado de ánimo o actitudes del campo. No soy ningún desesperado buscador de metáforas porque no las sé manejar y porque lo que importa no es que la gente diga: "mirá lo que dijo y cómo lo dijo". Para mí eso casi es vergüenza, lo que cuenta es fijar un acontecimiento del alma o de la tierra y, si es posible, con belleza. Si eso es poesía, muchas gracias, es poesía."  
Eso decía Yupanqui,  con su proverbial lenguaje tan adusto como poético, que en ocasiones hallaba versos geniales, como el de: "quien se aleja, junta queja".  Es ésta la sabiduría de un caminante, que muy mucho ha caminado y que conoce que cuando uno se va, el corazón va con uno. 



EL ARBOL  - Zamba canción

Letra y Música:  Atahualpa Yupanqui
 
El árbol que tu olvidaste                                
siempre se acuerda de ti             
y le pregunta a la noche,                        
si serás o no feliz.             
       
El arroyo me ha contado                               
que el árbol suele decir:            
-Quien se aleja junta queja,
en vez de quedarse aquí.
 
          Al que se va por el mundo
          suele sucederle así,
          que el corazón va con uno
          y uno tiene que sufrir.
          Y el árbol, que tú olvidaste,
          siempre se acuerda de tí.
                                    
Arbolito de mi tierra,
yo te quisiera decir,
que lo que a muchos les pasa,
también me ha pasado a mí.
 
No quiero que me lo digas,
pero lo tengo que oir:
quien se aleja junta queja,
en vez de quedarse aquí.
 
          Al que se va por el mundo
          suele sucederle así,
          que el corazón va con uno
          y uno tiene que sufrir.
          Y el árbol, que tú olvidaste,
          siempre se acuerda de tí.

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