Chaya de la soledad - Chaya.

Sobre la dolida palabra del hombre
y en la carne triste de su soledad
enciende la copla su estrella legüera
el canto amanece y el hombre se da.

Qué sería de mi alma sin esta guitarra,
novia enamorada que me hace cantar,
tal vez infinita pena solitaria,
pena siempre sola por la soledad.

Si quieres cantar, cantemos,
si quieres pelear, peliemos,
me han de escuchar,
el vino ya prende su brasa dormida,
el canto amanece y el hombre se da.

Por este sendero revienta mi grito,
sábado del diablo que me enterrará
bajo la celeste techumbre del cielo
y en la tierra madre que me hizo llorar.

Desde la angustiada palabra del hombre
brota una bagüala de lágrima y sal,
si ya no cabemos en la misma copla
seamos dos olvidos y una soledad.

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