CIELO DE MANTILLA - Chamamé

Letra de
Teresa Parodi
Música de
Mateo Villalba


Recitado:

Se bajó en la estación de aquel pueblito,
caminó por sus calles aterida,
recordó las palabras de su padre:
¡Es tan claro ese cielo de Mantilla..!
Las casitas apenas dibujadas
atardecen grisáceas y cansinas
en hileras debajo de los árboles,
todas son para ella parecidas.


I

Lo que está en la cortada justo al lado
del enorme almacén que da a la esquina
es la nuestra, Raquel, llame a su puerta
y pregunte si están Marga o Dorita.
Usted sabe de ellas, las ha visto
en las fotos que guardo de esos días;
son mis buenas hermanas las mayores,
dígales que las quiero tanto, hija.

Llámeme para adentro a casa paso,
llámeme con el alma, hijita mía,
tráigame, si es que puede, cuando vuelva,
un poquito de tierra de Mantilla.
Con los ojos cerrados se ha quedado
aspirando ese olor a mandarina…
¡Ay, qué lejos que queda Buenos Aires
de ese cielo infinito de Mantilla!.

II

Los amigos de ayer, decía su padre,
se juntaban de noche en la cantina
y jugaban al truco hasta el cansancio,
tal vez sigan allí, como esos días.
Cuando llegue pregunte por el “Nacho”,
pídale que le cante “Niña mía”;
nunca habrá de encontrar cantor como ése,
chamamé del mejor, ¡qué maravilla!

He venido a buscarlo en su pueblito,
a llevarle la tierra que quería…
La promesa he cumplido, padre –piensa-
aunque usted ya no este para vivirla.
Y golpeó la puertita de la casa,
la salió a recibir la vieja tía,
se perdió entre sus brazos sin palabras
bajo el cielo infinito de Mantilla.
.

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