CENCERRO
Milonga

Atahualpa Yupanqui


Tengo una achura en el pecho
que le llaman corazón,
es como un cencerro gaucho
con un badajo cantor.

Cuando es linda la mañana
suena contenta su voz
y hasta se vuelve travieso
como potro retozón.

Pero ocasiones ocurre
que el invierno es llovedor
y el cencerrito en la noche
tiene un acento tristón.

A veces como un vientito
parecido a la ilusión,
viene y le arranca un sonido
y él cree que ha salido el sol.

Tengo que andarlo retando
p’hacerlo entrar en razón
pero como es muy ladino
me gana la discusión.

Malhaya si yo pudiera
dejarlo en algún rincón
pero está dentro del pecho
y sin él yo no soy yo.

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